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¿QUÉ O CÓMO HAGO PARA NO PREOCUPARME?😟

Esta es, probablemente, una de las preguntas que de manera más habitual comentamos en consulta. Bien por una situación en el trabajo, con el grupo de amigos, con la pareja, con la familia... Las preocupaciones pueden llegarnos en el momento menos esperado y en cualquier escenario.

Existen personas con tendencia a la preocupación por algo que creen que pueden hacer (sobretodo por los demás), o que podrían o no haber hecho; por actitudes que han tenido y creen que van a tener una repercusión (es habitual el sentimiento de culpa) y además, a este sentimiento de preocupación, se le añade una sensación de ansiedad, ya que la situación - comportamientos de los demás, se escapa de su control.


Las personas con necesidad de que su alrededor esté bien y, así ellos sentirse bien también, son personas con una alta dosis de empatía, con tendencia a adelantarse a las necesidades de los demás y con una gran capacidad solucionadora; sin embargo, existe el peligro de crear relaciones de dependencia al haber una parte "en inferioridad de condiciones", dispuesta a hacer casi cualquier cosa por lograr ese bienestar o esa calma (o más bien, falsa calma), que no depende de uno mismo sino de cómo sea la reacción de la otra/s persona/s o cómo se genere la situación.


Dan el poder y control externo al propio bienestar, y eso es difícil y duro de gestionar, sobretodo si no se tiene consciencia de que está ocurriendo.

Sea la causa que sea y de la forma que sea, la buena noticia es que se puede dejar de preocuparse en exceso, y además, se puede realizar ocupándonos de nosotros mismos, nuestras actitudes y nuestros comportamientos.


La primera forma de comenzar a trabajar sobre ello, es haciéndonos conscientes de las situaciones que habitualmente nos pueden llevar a preocupación, y realizar una descripción de las mismas en nuestro pensamiento o por escrito de la manera más detallada posible. Así, de la situación o situaciones que más se repitan, podemos extraer información y autoobservar cómo estamos, que expectativas existen, si hay alguien conmigo, cómo es ese contexto...

Nos va a sorprender la cantidad de expectativas de se generan de manera inconsciente y que esperamos que la situación, persona o contexto vayan cumpliendo. De esta manera, lo que ocurre es que estamos dejando una gran parte de nuestro bienestar al azar y no a nuestro "control".

Una vez que hemos identificado las situaciones, podemos analizar cómo es nuestro pensamiento ante ellas y si solemos tener una tendencia hacia lo positivo o hacia lo no tan bueno.

Por ejemplo: Si mi situación ha sido "he tenido una reunión con mi jefa", y me ha llevado a pensar: "no se si he estado a la altura de las circunstancias", este tipo de pensamiento me va a hacer entrar en un bucle que vaya acumulando más pensamientos negativos, lo que va a llevar a tener una serie de emociones negativas como ansiedad, tristeza, más preocupación...


La forma de trabajar en todo esto, podría ser, principalmente, volver realistas nuestras expectativas y crear pensamientos alternativos que me separen al máximo de ese bucle negativo e incluso lo hagan incompatible. Se pueden utilizar "filtros", que van a ayudarnos a ver lo que es más real y no lo que pienso de manera subjetiva.


Al final, lo que la mayoría de las personas tenemos tendencia a buscar, es el mayor bienestar posible como consecuencia. Para que esa consecuencia sea lo más positiva posible,sería recomendable que el resto de pasos anteriores fueran coherentes con ello.

Estas pautas son parte de una técnica práctica que puede trabajarse durante las sesiones en consulta, dónde vosotros, sois el motor y parte activa. Si piensas que puede ayudarte o a alguien que lo necesite, estaré encantada de poder ayudaros.


Os dejo un abrazo enorme❤️,


Paula Tovar



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